Los alumnos aprenden a potenciar sus capacidades cognitivas, sus habilidades sociales y la gestión de sus emociones. Lo hacen de forma lúdica y divertida, mejoran su rendimiento en diversas áreas, como la memoria, la velocidad de procesamiento, la atención, el razonamiento o la capacidad espacial. Además, aumentan su capacidad de expresión verbal, sus habilidades comunicativas, la aceptación de reglas, normas, turnos, la resolución de conflictos (derivados del propio juego) y la tolerancia a la frustración (no siempre se gana y no pasa nada).
Con los juegos de mesa se ofrecen distintas experiencias lúdicas donde tienen cabida todo tipo de necesidades pedagógicas.
Descubren una maravillosa forma de ocio donde aprender jugando, se divierten y llegan a casa pidiendo más. ¿Te parece poco?
En estos años muchas familias me han preguntado por los juegos de mesa para comprarles a sus peques cuando llegan las ocasiones especiales y fechas señaladas. Y han descubierto una forma maravillosa de pasar tiempo en familia: jugando, disfrutando y divirtiéndose.
Los niños y niñas no juegan para aprender, pero aprenden porque juegan
- Descubrir otras formas de ocio a través de los diferentes juegos
- Desarrollar habilidades comunicativas
- Aprender y aceptar normas y reglas para poder jugar.
- Elaborar estrategias de anticipación ante las situaciones presentadas.
- Aprender estrategias individuales y/o grupales para obtener un resultado.
- Mejorar las posibilidades comunicativas como recurso para aportar soluciones a problemas.
- Fomentar el pensamiento crítico
- Transferir comportamientos y destrezas aprendidas en los juegos para la resolución de situaciones que surjan en el aula.
Editoriales de juegos infantiles que triunfan en clase:
– Smart Games
– Devir
– Ludilo
– HABA
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